La mente es la parte más poderosa del cuerpo. Te puede hacer
fuerte o débil. Te puede hundir o levantarte. Y tú y solo tú, puedes dejar que
te condicione.
Puede parecer raro lo que voy a contar ahora, pero, hoy he
acabado una serie. En realidad, ya la había visto pero me gusta tanto que la he
vuelto a ver.
La serie se llama “Glee”. Quizás sepáis cual es o quizás no,
si ese es el caso, os la recomiendo al ciento diez por cien.
La serie va sobre un grupo de chicos de instituto, muy
diferentes entre sí, que se unen por el coro y por su pasión para cantar. Pero,
la amistad que ahí consolidaron fue más allá, hasta el final de la universidad
y hasta cuando cada uno tenía la vida más o menos encarrilada.
Por ese simple hecho me he puesto a pensar en mi futuro. Qué
me pasará cuando acabe la carrera, cuando comience en un trabajo y me tenga que
ir de mi ciudad, lejos de mi gente. ¿seguiremos teniendo contacto? ¿Es cierto
eso de que los amigos de la infancia y la adolescencia jamás permanecen?
Me da miedo el futuro.
Me da miedo no saber desempeñar el rol de adulto, el tener
que tomar decisiones, pagar facturas, ver la muerte más de cerca (y no por el
hecho de que sea enfermera).
A veces me pregunto si la vida sirve para algo. ¿Por qué existir
para trabajar, sufrir, enfermar, enamorarte, llorar? Si al final, el final de
todo, es la muerte.
Ojalá algún día, alguien, me lo pueda explicar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario