lunes, 21 de octubre de 2019

22.


L  U  N  E  S

Son exactamente las 21:05 y mi cuerpo aún tiene la cafeína del tercer café que he bebido hoy.
Mi cabeza no ha explotado de tanta información retenida y mis piernas, van sintiendo las agujetas que están aumentando poco a poco.
Los lunes son como el mes de enero. Lleno de propósitos dispuestos a ser cumplidos y hoy, puedo hacer un check en toda regla.
A veces siento la frustración de tener que hacer las cosas por el simple hecho de estar apuntadas en una agenda. Y lo realmente bueno es, hacerlo por que te da la gana.
Por que te hace feliz y punto.


domingo, 20 de octubre de 2019

21.


D  O  M  I  N  G  O

Tres meses.
Es el tiempo que ha pasado desde que escribí por ultima vez.
Siempre he usado las palabras como una vía para salir de la ansiedad, la soledad dañina y todos esos malos pensamientos que solían aglutinarse en mi cabeza.
Pero ahora es diferente.
Hoy, por primera vez en mucho tiempo, he sentido la necesidad de volver a conectar con las palabras para hacer algo que siempre me ha hecho sentir bien.
Escribir por escribir.
Sin fin alguno. Sin objetivo final.
Solo poner el broche final a un buen domingo y así poder comenzar el lunes con más energía que nunca.

domingo, 28 de julio de 2019

20.


Algo que a muchos les da miedo y a otros, les produce placer.
La soledad.
Yo soy de las de la segunda opción.
Me encanta estar sola.
Poder hablar conmigo misma sin parecer una loca.
Poner la música a todo volumen y cantar hasta dejarme la voz.
Ir en bragas, sin sujetador y con el moño más deshecho que jamás hayas visto.
Tener el mando de la televisión para mi y poder hacer "zapping" hasta apagarla y encender Netflix.

Así, tumbada en mi cama, todo en silencio y con el único murmullo de mis pensamientos haciéndose notar.



sábado, 27 de julio de 2019

19.


La búsqueda de la felicidad se ha convertido en la misión numero uno de todas y cada una de las personas que forman el planeta.
La buscan en la comida, en las compras, las personas, el dinero, los viajes... Algunos están tan sumidos en la búsqueda del tesoro, que no perciben esas pinceladas que pasan por delante como si de estrellas fugaces se tratasen.
He de reconocer que yo era así. Usaba toda mi energía en intentar ser feliz.
Hasta que el verbo intentar cambió por el verbo aparentar.
Después de tanta frustración reconocí que no estaba haciéndolo bien y fue entonces cuando sonó una canción. Y a pesar de que ya la tenía más que escuchada, me sentí feliz.
No la busco, dejo que me sorprenda dónde menos me lo espero.
Y así voy, soy feliz con poco y a momentos, pero lo soy.